Dormir bien, comer sano, hacer suficiente ejercicio… Todos sabemos lo que hay que hacer para mantener una forma física y una salud buenas. Pero no todas las personas conocen la mejor manera de cuidar de su mundo interior y de sus emociones. ¿Cómo se hace? ¿Y por qué es importante dedicarle tiempo todos los días?
Cuidar de tu salud mental debería resultarte algo tan cotidiano como lavarte los dientes. La psicóloga Pia Linden te explica por qué es tan importante y qué puedes hacer al respecto.
Día a día
Pia: «Hay un proverbio chino que dice: “¿Cómo puedes comerte un elefante? Bocado a bocado”. Como con tantas otras cosas, es mejor y más fácil dar pequeños pasos cada día que acumular todo lo que sientes y que te acabe agobiando», explica Pia.
‘¿Cómo puedes comerte un elefante? Bocado a bocado’.
Dedicarte tiempo cada día y ocuparte de tu salud mental activamente es una forma de mantener la mente sana y de prevenir problemas.
Pia: «Nuestra salud mental no es algo en lo que debamos pensar solo cuando no nos sentimos bien. Si eres consciente de lo que te ocurre cada día y das pequeños pasos para solucionarlo, te resultará mucho más fácil procesar algo grande o intenso de manera ocasional. Serás capaz de encajar un golpe a tu salud mental».
Las ventajas del «mantenimiento» de la salud mental
Prestar atención a tus emociones a diario te ayuda a evitar desbordarte «repentinamente». Es más, notarás los efectos positivos de hacerlo en todas las áreas de tu vida.
Pia: «Si dedicas tiempo y atención a tu salud mental cada día, adquirirás una mayor conexión con tus emociones. Desarrollarás una mejor comprensión interior y aprenderás más sobre tus sentimientos y sobre tus estados de ánimo. De esa forma, te será más fácil controlar tus emociones. Una mejor salud mental equivale a una mejor inteligencia emocional».
Todas estas ventajas no son solo fantásticas para ti, también tienen un efecto positivo en las personas que te rodean. «Al tener una mayor conexión con tu mundo interior, poseer la capacidad de entender tus sentimientos y ser capaz de comunicarlos, estás mejorando tus relaciones», continúa Pia. «Es más, puedes servirles de ejemplo a otras personas. ¡Hablar de ello siempre es positivo!».
Construye tu «kit de herramientas de salud mental»
Por tanto, tienes que dar pasos pequeños a diario. ¿Cómo hacerlo de manera efectiva? Pia: «Primero, tienes que averiguar qué le sienta bien a tu salud mental. Eso cambia de una persona a otra. Intenta construir un kit de herramientas personales que puedas utilizar cada día».
Para ayudarte a ello, Pia comparte algunos ejercicios:
1. Dedícate tiempo
«Ten momentos regulares de calma. Deja por un momento tu lista de tareas y no hagas nada, aunque solo sea durante algunos minutos. Analízate, pregúntate cómo te encuentras hoy y si necesitas o quieres algo. Ponte un té, mira por la ventana, ve a dar un paseo, llama a tu madre… haz aquello que te haga sentir bien».
2. Céntrate en lo positivo
¿Qué va bien en tu vida? ¿Puedes echar la vista atrás, centrarte en lo positivo y celebrar lo que has conseguido? «Las personas suelen tener lo que se denomina “sesgo negativo”. Tendemos a centrarnos en las cosas que van (o podrían) ir mal y a dar por sentadas las que van bien», explica Pia.
3. Practica la consciencia no crítica
Pia: «No todo lo que pensamos es cierto. A menudo, pensamos de forma negativa o parcial, y eso afecta directamente a nuestro humor. Los pensamientos que tenemos pueden ser del tipo “¿Por qué siempre hago las cosas mal?” o “¿Tendría que haberlo hecho de otra forma?”. Pero también tenemos estos pensamientos en relación con otras personas. “¿Por qué actúa esa persona de ese modo?”.
Intenta ser consciente de ello y reflexiona sobre tus conjeturas, opiniones y expectativas. ¿Es verdad lo que piensas? ¿Puedes reformular algunos de tus pensamientos o dejarlos de lado?».
4. Trátate bien
«Solemos ser muy duros con nosotros mismos», explica Pia. «Por eso, es bueno prestar atención a la forma en que nos hablamos en nuestro interior. Intenta mostrarte la misma amabilidad y compasión que tendrías con un amigo cercano o con un ser querido».
Y sí, a veces puede ser más difícil de lo que parece. «Si te cuesta hacerlo, practica con afirmaciones positivas, como «Soy suficiente como soy» o «Me quiero y me cuido».
5. Pon límites cuando sea necesario
«A veces decimos que sí a hacer ciertas cosas porque queremos contentar a todas las personas. Pero, para cuidarnos, a veces tenemos que decir no cuando alguien nos pide algo. ¡Y no pasa nada!», dice Pia.
«Si te cuesta decir que no, pregúntate por qué. ¿Qué creencias son responsables de ello? Intenta centrarte en la sensación (positiva) que tienes cuando consigues decir que no. Luego, practica activamente decir que no: es una habilidad que puedes perfeccionar».
¿Cómo se hace eso? Consulta aquí cómo priorizarte mejor
6. Practica el mindfulness
«Practica el mindfulness y la meditación cada día. Detente de forma consciente y elige momentos donde no tengas que hacer nada y puedas simplemente «ser». Eso te ayudará a conocer mejor tus sentimientos», explica Pia.
Es más, la meditación te ayuda a conseguir un mejor equilibrio emocional de manera duradera y mejora tu forma de procesar las emociones. Simplemente meditando durante cinco a diez minutos todos los días cuando te levantas o antes de irte a dormir puedes conseguir grandes cambios.
7. Escribe un diario (de gratitud)
Cada día, escribe los acontecimientos y sentimientos más significativos que hayas experimentado. Al hacerlo, céntrate de manera consciente en aquello por lo que das gracias.
Pia: «Hay distintos estudios que muestran que cultivar emociones positivas, como la gratitud, te ayuda a incrementar tu resiliencia y tu felicidad. Eso no significa que tengas que ignorar tus emociones negativas, que también pueden darse, pero a veces necesitamos adoptar otra perspectiva y crear una visión más optimista de la vida».
¿Cuándo notarás los cambios?
Puede ser que, haciendo estos ejercicios, de repente aprendas cosas nuevas sobre ti que te hagan sentirte mejor o que te den satisfacción de un día para otro. Pero es importante que seas consciente de que, en general, suele ser un proceso más lento y gradual.
Pia: «Es posible que solo aprecies un cambio cuando te des cuenta de que algo con lo que tenías dificultades ya no te preocupa tanto. O que cada vez se te da mejor gestionar situaciones, emociones o pensamientos difíciles. Ten paciencia. Dedicar atención consciente y diaria a tu salud mental puede no provocar un cambio inmediato, pero todo lo que hagas contribuirá a ello con el tiempo».
Conviértelo en un hábito diario
Crear una nueva rutina o un nuevo hábito en tu vida siempre es un desafío. ¿Cómo empezar y cómo seguir con ello?
Pia: «Intenta combinar tu nuevo ritual con un hábito que ya tengas. Si te lavas los dientes todas las noches, por ejemplo, puedes unirle otro momento de cuidado personal. Intenta hacer una meditación de cinco minutos o anotar las cosas positivas que han ocurrido durante el día».
Ah, un último consejo: Empieza con cosas pequeñas y prácticas. Elige solo una cosa para empezar, escoge un momento del día y un lugar y rétate a hacerla durante al menos 30 días. De esta forma, aumentarás tus posibilidades de continuar haciéndola por mucho tiempo una vez pasado el período inicial».
¿Necesitas ayuda? Hablar suele funcionar
Ocuparte de tu salud mental es esencial si quieres tener una vida sana y equilibrada. Hablar de lo que te ocurre ayuda. ¿Necesitas que te echen una mano? Reserva una sesión de introducción al mindfulness con Pia o con uno de nuestros psicólogos, estaremos encantados de ayudarte.