Psicóloga Sarah Takens nos da algunos consejos sobre cómo saber cuándo es el momento de parar y cómo gestionar el estrés.
Exceso de estrés
“El estrés es una reacción física muy fácil de reconocer que se produce cuando experimentamos acontecimientos que nos provocan tensión o cuando pensamos en ellos. Un ejemplo claro es sentirse estresado ante la posibilidad de que te despidan en el trabajo o al irte de vacaciones si aún te quedan muchas cosas por organizar.
La forma en que reaccionamos ante el estrés es, en realidad, un fenómeno biológicamente diseñado para preparar a nuestro cuerpo a actuar de forma inmediata.
En la antigüedad, esto era sumamente útil ya que esa reacción de lucha o alerta nos ayudaba a mantenernos a salvo. Y, obviamente, este mecanismo sigue siendo útil si nos persigue un oso, por ejemplo, pero deja de serlo cuando sentimos que el tiempo nos pisa los talones.
En estos tiempos modernos en los que estamos en constante comunicación y sometidos a una gran presión para trabajar mucho y conseguir grandes cosas, a muchos nos cuesta hacer saltar esa alarma sólo cuando es estrictamente necesaria”.
¿Qué está pasando en tu cabeza?
“El estrés no siempre es malo. Esa fase de tensión que precede al estrés “malo” no debe preocuparnos. Al contrario, nos es de ayuda en muchas ocasiones ya que nos hace responder de forma más rápida y eficaz ante situaciones difíciles como sacar adelante un gran proyecto en el trabajo, por ejemplo, o impresionar a alguien que nos gusta.
Pero si esa tensión dura demasiado tiempo, deja de tener esos efectos positivos. Te agotas mentalmente y el estrés deja de jugar a tu favor. Notarás que te preocupas en exceso, que te sientes decaído, irritable e inseguro, y que estás despistado y apático. En OpenUp somos conscientes de que la combinación de trabajo y las restricciones derivadas del COVID ha generado muchísimo estrés entre las personas.
Quizá sientas que corres el riesgo de perder tu trabajo o tal vez estés luchando por salir adelante con unos ingresos cada vez más reducidos. Intentar trabajar mientras educas a tus hijos en casa también puede ser muy estresante. Y todo ello con la preocupación añadida por el virus. Por eso, no es de extrañar que muchos de nosotros nos sintamos muy estresados en el trabajo.”
Claves para gestionar el estrés
¿Tienes síntomas mentales que te indican que sufres estrés? Es importante que no los ignores. A continuación te explicamos cómo puedes hacer frente a esos síntomas de estrés que afectan a tu mente.
1. Sé micro ambicioso
Fíjate metas pequeñas al principio de cada semana y asegúrate de que sean realistas. No hace falta que te lo tomes como un “todo o nada”, sino que hagas que esas cosas sean posibles de conseguir y te centres en tu calidad de vida. Estos objetivos a corto plazo te harán sentir de lo más satisfecho.
2. Expresa tus pensamientos
Hablar de tus pensamientos y sentimientos resulta de gran ayuda. ¿Quieres desahogarte con alguien que sepa entenderte? Entonces elige a alguien que te conozca muy bien y que vea el mundo de forma parecida a la tuya. ¿Quizá lo que buscas es un poco de claridad o un nuevo punto de vista? Entonces elige a alguien que tenga una visión de la vida totalmente diferente.
3. Descubre la diferencia entre las cosas que puedes y no puedes controlar
Observa dónde concentras tu tiempo y tu atención. Tal vez hayas notado que experimentas mucha ansiedad a causa del COVID, especialmente si pasas la mayor parte del tiempo viendo o leyendo las noticias. Centrarse en cosas que no se pueden controlar puede resultar muy agotador.
Por ejemplo, preocuparte por el aumento de la tasa de incidencia no te ayudará a sentirte mejor. Dirige tu atención hacia aquellas cosas en las que puedes intervenir. Por ejemplo, puedes intentar dedicar menos tiempo a las redes sociales y más a ayudar a los demás. Tómate un tiempo para distinguir entre las cosas que puedes y las que no puedes controlar, y céntrate en aquellas en las que puedes aportar algo.
4. Cambia la forma en la que concibes el estrés
A veces, tu actitud hacia lo que está ocurriendo te afecta más que el acontecimiento en sí mismo. Dirige tu atención hacia lo que está ocurriendo físicamente en lugar de perderte en tus pensamientos. Analiza detenidamente las creencias que pueden estar causando ese exceso de estrés y acepta la idea de que pueden no representar la imagen real de lo que está sucediendo.
5. Los 5 bloques
Desglosa una situación estresante en estos 5 bloques: acontecimiento (has enviado un email a tu jefe, pero no te ha contestado), pensamiento (has hecho algo mal; te van a despedir), emoción (miedo, incertidumbre), comportamiento (te quedas paralizado) y consecuencia (te sientes fatal e inseguro).
Una vez que hayas anotado todo, céntrate en tus pensamientos. ¿Realmente me sirven de algo? ¿Podría sustituirlos por algo más útil? Siguiendo con el ejemplo anterior, podrías darle la vuelta y pensar: “seguro que mi jefe está ocupado”.
En adelante, puedes recurrir a este pensamiento alternativo siempre que te encuentres en una situación parecida. Esto cambiará lo que sientes después y reducirá tus niveles de estrés.
6. Busca patrones
Buscar patrones ayuda a comprender mejor qué es lo que puede estar causando el estrés: ¿existe algún patrón claro? ¿Qué es lo que te estresa y por qué? Analiza detenidamente la situación: ¿hay puntos en común? Si consigues averiguar de dónde viene tu estrés, conseguirás romper con esos patrones.
¿Te gustaría hablar con un psicólogo de forma individual y saber más sobre cómo encontrar esos patrones? No dudes en reservar una sesión.